Nuestro mensaje es este:
“El cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse,
sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres;
y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte,
¡y muerte de cruz!
Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre,
para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra,
y debajo de la tierra; y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre”
Filipenses 2:6–11 (RVR1960)
¿Por qué este terrible sacrificio?
La respuesta es tan sencilla como profunda: por amor. Sí, aunque pueda parecerte sin sentido, Jesús —Dios encarnado, como acabamos de leer— se entregó a Sí mismo por toda la humanidad, para pagar el altísimo precio de rescate de nuestras vidas. Ese precio, ni tú ni yo podríamos jamás pagarlo.
¿Este mensaje de salvación y nueva vida es también para ti?
“Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito,
para que todo aquel que en Él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.
Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo,
sino para que el mundo sea salvo por Él”
Juan 3:16–17 (RVR1960)
Sí, este mensaje es para ti. Dios te ama y está llamando ahora mismo a tu corazón.
“Porque no hay acepción de personas para con Dios”
Romanos 2:11 (RVR1960)
Recuerda esta verdad eterna:
«Nunca podrás hacer en toda tu vida nada tan bueno delante de Dios como para que te ame más de lo que ya te ama;
ni nada tan malo como para que te ame menos.»
Amigo, amiga…
no existe en este mundo un solo ser humano que se halle libre de pecado.
Si así hubiera sido, la muerte de Jesús como nuestro único Redentor no tendría sentido.
Justamente Él pagó el alto precio de nuestro rescate porque no había sobre toda la tierra un solo hombre que se mantuviese fiel a Dios, nuestro Padre, como lo hizo Jesús.
Anhelamos con todo nuestro corazón que puedas sentirte como en tu propia casa.
Y que todo lo que leas en este sitio ayude a edificar tu fe sobre la única base posible: Jesucristo.
Finalmente, queremos compartir contigo la verdad que abre el camino de todo cristiano:
“Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí”
Juan 14:6 (RVR1960)
“Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre,
el cual se dio a Sí mismo en rescate por todos”
1 Timoteo 2:5–6 (RVR1960)
Amigo querido, amiga de nuestro corazón:
esta web fue creada con el único fin de servirte y poner al alcance de tu mano todo lo que hemos recibido de manos del Señor Jesús.
Sabemos que sirviéndote a ti, le servimos a Él, tal como nos lo pidió:
“Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura”
Marcos 16:15 (RVR1960)
Esto es, humildemente, lo que procuramos hacer cada día.
«Que la paz y la abundancia que encontramos en Jesús llenen tu vida”.
Te saluda con amor fraternal, Daniel Liandro.
En todo tiempo ama el amigo,
Y es como un hermano en tiempo de angustia.
(Proverbios 17:17)