Hola, somos Daniela y Daniel Liandro.
Nos alegra tu visita y te compartimos una foto importante, de luna de miel en nuestro aniversario 38.
Esperamos que disfrutes oyendo la Palabra de Dios en nuestro sitio.
Y no olvides que estamos para servirte. Abrazo !!!

Palabras de Vida nació el 4 de julio del año 2000, y desde entonces permanece en línea de forma ininterrumpida. Este hecho no es una casualidad tecnológica ni una estrategia humana: es un testimonio de fidelidad: la de nuestro Señor Jesucristo, quien sigue edificando Su Iglesia. Pero también, la fidelidad de muchos hermanos que, guiados por el Espíritu Santo, han ofrecido sus dones y tiempo para sostener y extender este servicio.
Aunque llevamos más de tres décadas dedicados al anuncio de la Palabra, no nos definimos por un edificio, una denominación ni una frontera. Somos un ministerio gratuito, independiente y completamente sustentado por la fe, nacido en Buenos Aires, Argentina, y abierto a cada rincón del mundo donde alguien escuche con hambre de Dios. Nunca hemos recibido aportes fijos, ni sostenimiento económico regular de ningún tipo. En cambio, hemos experimentado una y otra vez la provisión de Dios a través de la entrega voluntaria de Sus hijos, cada uno conforme al don que recibió, como enseña Pedro: “cada uno según el don que ha recibido, minístrelo a los otros, como buenos administradores de la multiforme gracia de Dios” (1 P. 4:10, RVR1960).
En Palabras de Vida, creemos que el dar no se limita a lo material, ni se mide en cifras. El verdadero dar es el reflejo de una vida entregada a Cristo. Por eso predicamos —y procuramos vivir— que Dios ama al dador alegre (2 Co. 9:7, RVR1960), no solo en lo económico, sino en lo espiritual, emocional y ministerial. Porque el Cuerpo de Cristo no se edifica solo con recursos, sino con vidas que se ofrecen por amor. Algunos oran, otros enseñan, otros escriben, corrigen, traducen, escuchan, consuelan, aconsejan, dan hospedaje o acompañan. Todo eso es dar. Y cuando cada miembro aporta lo que gratuitamente recibió, la Iglesia invisible —atemporal y universal— se levanta en gloria.
Nuestro propósito nunca ha sido construir un nombre, sino levantar el Nombre que es sobre todo nombre: Jesucristo, el Hijo de Dios. Queremos que quien visite nuestras páginas no se encuentre con personas, sino con la Presencia. Que no lea teorías, sino que escuche la voz del Buen Pastor. Que no vea una organización, sino una familia. Porque eso somos: una familia espiritual extendida en más de 43 países, unida por el Evangelio eterno, compartiendo el pan de la Palabra, acompañándonos en los valles, animándonos en las cumbres.
Damos gracias al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo por las innumerables señales, maravillas y milagros que han acompañado este ministerio a lo largo del tiempo. Reconocemos con humildad que todo ha sido por Su Gracia. Y también agradecemos a cada uno de los hermanos y hermanas que, en silencio o con palabras, con acciones visibles o con fidelidades desconocidas, han sido usados por Dios para que Palabras de Vida naciera, permaneciera y siga creciendo.
Desde aquí, desde este rincón digital que busca ser altar y no vitrina, seguimos adelante. No por mérito propio, sino porque hemos visto Su mano, oído Su llamado y sentido Su abrazo.
Y si alguna vez sientes que ese llamado también te incluye, ya sea para orar, escribir, servir, consolar, o simplemente caminar juntos un tramo más, sabe que esta casa también es tuya. No por derecho, sino por Gracia.
También puedes leer la Declaración de Responsabilidad del Dr. Daniel Liandro aquí.
«Que la paz y la abundancia que encontramos en Jesús llenen tu vida”.
Te saluda con amor fraternal, Daniel Liandro.
En todo tiempo ama el amigo,
Y es como un hermano en tiempo de angustia.
(Proverbios 17:17)